Desde el Pevolca confirman la reactivación del 'enjambre sísmico' en Fuencaliente y por ahora la calidad del agua y el aire no está afectada
La erupción volcánica que se inició hace ocho días en Cumbre Vieja prosigue su evolución con la normalidad propia de un volcán de tipo fisural y estromboliano que se comporta "como tal", con continuidad y discontinuidad, tal y como ha ocurrido durante algunas horas de este lunes, cuando han cesado las emisiones de lava y ceniza.
El volcán ya ha emitido 46,3 millones de metros cúbicos de material magmático --más que la erupción del Teneguía en 1971-- y el mecanismo estromboliano se concentra en el cono principal.
DISMINUCIÓN DE GAS Y MENOS MATERIAL
La parada durante dos horas ayer de las emisiones del volcán, según María José Blanco --directora del IGN en Canarias--, se debe a una disminución del contenido de gas y a que tiene menos aporte de material disponible.
Reanudada la erupción, la actividad sísmica ha vuelto a situarse más al sur, con un 'enjambre' que ha empezado en Fuencaliente, con terremotos de hasta magnitud 3,2 y profundidades entre 8 y 13 kilómetros.
El volcán tiene dos coladas activas, una a una velocidad "muy baja", y otra dividida en dos, una más ralentizada porque se ha topado con la montaña de Todoque, que según las previsiones terminará por darle la vuelta "y se unirá a la otra, que va a una mayor velocidad.
Por ahora, se mantiene la cifra de evacuados en unas 5.600 personas que se alojan en segundas residencias, casas de amigos y familiares y complejos turísticos --hay 160 personas en el hotel de Fuencaliente-- en tanto que el albergue militar de Breña Baja ya ha sido desalojado al completo, aunque se mantiene abierto para primera filiación y derivaciones.
El Pevolca mantiene que "es probable" que la lava llegue al mar en la costa de Tazacorte --está a menos de un kilómetro en línea recta-- si bien ha comentado que la colada principal se ha ralentizado.
En los núcleos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa, en el municipio de Tazacorte, se mantiene el confinamiento de unas 300 personas, por su cercanía a una eventual llegada de la lava al mar, ha señalado que la medida es "preventiva" dado que la inhalación de gases puede afectar a la piel, los ojos y el aparato respiratorio.
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