Agüimes ha acogido la jornada de ponencias del encuentro, que ha contado con la participación de reconocidos cocineros y productores que desarrollan su actividad profesional en núcleos poco poblados de España y Portugal.
El Teatro Municipal de Agüimes acogió este lunes la jornada de ponencias del tercer Encuentro Internacional de Gastronomía Rural Terrae Gran Canaria. El evento contó con la participación de reconocidos cocineros y productores que desarrollan su actividad profesional en núcleos poco poblados de España y Portugal. La gran invitada fue la cocinera colombiana Leonor Espinosa, quien fue reconocida con el premio Terrae 2025. A través de su cocina, pone en valor la biodiversidad de su país y ensalza a las comunidades indígenas divulgando su cultura culinaria. Gracias a su dedicación y esfuerzo, fue reconocida en 2022 como la mejor chef del mundo por "The World’s 50 Best Restaurants".
En la mesa redonda titulada Modelos de negocio 360º en el entorno rural se abordó el rumbo que debe seguir la cocina de los pueblos alejados de las grandes urbes. Contó con la participación del navarro José Ignacio Jauregui del restaurante Maskarada, el leonés José Gordón de la bodega El Capricho, el catalán Vicent Guimerà del restaurante L'Antic Molí, y el grancanario Jerónimo Marrero del Bochinche La Montaña. Juntos coincidieron en que para avanzar en el sector se debe apostar por proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) y formación.
También se puso la atención en los quesos en una mesa redonda en la que intervino la mayor importadora del lácteo español en Estados Unidos, Michele Buster, Pepe Solla del restaurante pontevedrés Casa Solla, Lucía Torres de la quesería grancanaria La Era del Cardón y Carlos Mariboa, crítico gastronómico del diario ABC. La principal conclusión fue que la calidad del producto está disminuyendo de manera considerable a nivel global, debido a la producción en masa. De manera unánime estuvieron de acuerdo en que las empresas de los entornos rurales son las que pueden poner freno a esta situación, pues por lo general no ponen el foco en vender, sino en elaborar un producto exquisito.
El chef navarro Ignacio Echapresto, del restaurante Venta de Moncalvillo, expuso cómo la cocina rural está dando visibilidad a los pueblos de la “España vaciada”. Como ejemplo puso el de su propia localidad, Daroca de Rioja. A pesar de tener pocos habitantes, es visitada cada año por cientos de turistas, atraídos por la calidad de los servicios y los productos ofrecidos en su establecimiento. “De esta manera la gastronomía rural ayuda a que muchos núcleos del país no caigan en el olvido”, dijo el cocinero. También hubo representación de la cultura culinaria portuguesa, de la mano de Octávio Freitas que presentó unas brochetas de carne con laurel, y Filipe Ramalho, que preparó un tradicional cocido de garbanzos. Por su parte, el chef Arinadi Alonso, del restaurante Casa Romántica de Agaete, exhibió varios platos y postres elaborados con tuno indio, fruta muy abundante en la isla de Gran Canaria, a la que no se le da la importancia que merece, según sus palabras.
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