La alcaldesa, Carolina Darias, ha presidido el acto en el que se han entregado las Medallas de Oro y los títulos de Hijas e Hijos Predilectos y de Hijas e Hijos Adoptivos.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha celebrado en el Auditorio Alfredo Kraus el acto de Honores y Distinciones por el 547 aniversario de la fundación de la ciudad, que ha estado presidido por la alcaldesa, Carolina Darias, y en el que se ha reconocido a 14 personas y entidades por su contribución al desarrollo de Las Palmas de Gran Canaria y a hacer de la capital un lugar estratégico, amable y comprometido. La alcaldesa, durante su discurso, apeló al “arte” y los “cuidados” como pilares para construir una ciudad que mira al futuro y que aspira a ser Capital Europea de la Cultura 2031.
La alcaldesa, bajo el lema «A MAR TE», abrió su intervención definiendo el acto como “una celebración de una ciudad de amor, de mar y de arte”. Para Darias, esta conmemoración no solo es una mirada al pasado, sino también “una oportunidad para descubrir un futuro posible, un futuro mejor”.
En la celebración del 547 aniversario de la fundación de Las Palmas de Gran Canaria, la alcaldesa reconoció a “toda una ciudad que se erige en faro de luz del progreso y de la mejora de vida de quienes en ella viven, poniendo el foco en la influencia de las artes, de la cultura, como un motor de nuestro bienestar presente y futuro”.
Pues, las artes y la cultura contribuyen, de alguna manera, dijo, “a cambiar nuestra mirada sobre el mundo, planteando percepciones distintas que conectan el pasado y nos abren el camino hacia el futuro, con una visión desde esta ciudad isla con nuestra candidatura a ser Capital de la Cultura Europea 2031, a través de la «Rebelión de la Geografía», recalcó.
De esta manera, Darias enlazó el valor del arte con el valor del cuidado, describiendo este binomio como “vital para el desarrollo humano en las ciudades de ayer, de hoy y de siempre”. Para la alcaldesa, el arte es una “palanca poderosa que nos invita a imaginar y construir un futuro mejor”. Además, insistió en su dimensión educativa y social, porque “el arte contribuye a conformar nuestro imaginario colectivo, lo que somos y lo que queremos ser como ciudad”.
La ciudad, reconoció, “no es solo un territorio, sino un entramado de relaciones sostenido, sobre la base del reconocimiento mutuo, de una distribución justa de derechos, obligaciones y riesgos, del compromiso con las generaciones futuras y, sobre todo, en el cuidado mutuo y en las relaciones de buena vecindad”.
Por tal motivo, la alcaldesa hizo una mención especial a los homenajeados y homenajeadas de la noche, quienes encarnan “los valores de vida y ejemplaridad” que inspiran a toda la ciudad. En el acto de Honores y Distinciones se reconoció como como Hija e Hijos Predilectos de Las Palmas de Gran Canaria a la jugadora de baloncesto Leo Rodríguez, al intensivista y catedrático Sergio Ruiz Santana y al destacado miembro de la actividad vecinal, Matías Dávila Falcón. Asimismo, también fueron nombrados Hijas e Hijos Adoptivos de la ciudad la poeta Alicia Llarena, los funcionarios Ana María Echeandía y José Jesús del Rosario Álamo, el último también reconocido a título póstumo, y el maestro en artes marciales Juan José Toledo.
De todos ellos y ellas, la alcaldesa destacó dos rasgos que comparten “su profesionalidad y su compromiso hacia los demás”. “Son vidas ejemplares, en el más profundo sentido de la palabra, son vidas que alimentan nuestra esperanza y nuestra confianza en que siempre podemos ser mejores de lo que somos”, enfatizó.
También “representan el valor de la vida en nuestra ciudad” el Arsenal de Las Palmas, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, el Colegio Oficial de Dentistas de Las Palmas, la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, la empresa Bazar Sport y la Comisión de Fiestas de la Virgen del Carmen de La Isleta a quienes la ciudad concede la Medalla de Oro, junto al educador Raúl Saavedra López, a título póstumo.
La ciudad, continuó, “se reconoce en cada uno de ellos, en cada una de ellas y se inspira en sus trayectorias para afrontar los retos que, como gran ciudad, en continua transformación vital tenemos pendiente” como la vivienda, la sostenibilidad, la movilidad sostenible, los servicios públicos, la lucha contra la desigualdad y la cultura como motor de vida, señaló la alcaldesa en su discurso.
Igualmente, quiso hacer referencia a experiencias exitosas en barrios como los Riscos de San José o San Nicolás, o proyectos como Barrios Orquestados, donde el arte “ha contribuido a dar vida al barrio y a las personas que viven en él”.
Darias quiso reforzar especialmente el valor de los cuidados y recordó que “cuidar las artes es mantener abierta una ventana a la esperanza”, pero “el cuidado de las personas, de los espacios públicos, de los barrios y de la ciudad es, sencillamente, la otra cara del reconocimiento de un hecho: todas las personas somos vulnerables”.
En ese sentido, la alcaldesa anunció que Las Palmas de Gran Canaria se sumará a la iniciativa de la red de ciudades cuidadoras impulsada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), con el objetivo de incorporar esta perspectiva en las políticas locales y en el diseño de una ciudad más inclusiva, accesible y solidaria.
Darias reconoció especialmente el papel que han tenido las mujeres en sostener la “trama de los cuidados” a lo largo de la historia, reivindicando que el reconocimiento de estas tareas debe formar parte de la agenda política de cualquier ciudad que aspire a ser más justa e igualitaria.
Finalmente, la alcaldesa recordó que el acto de Honores y Distinciones no solo sirve para celebrar el pasado de la ciudad, “sino también para renovar el proyecto de vida en común que representa esta ciudad”, un “proyecto común de convivencia en libertad en el que se hacen realidad nuestros mejores valores”, resaltó.
“La ciudad será lo que la amplitud de nuestra visión y la altura de nuestros sueños sean”, concluyó la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria en el año en el que la ciudad celebra su 547 cumpleaños.
Amar y cuidar la ciudad
En nombre de las personas distinguidas intervino la poeta, ensayista y catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Alicia Llarena, quien pronunció un emotivo discurso. “No sé si puede haber algo más entrañable, emocionante y amoroso que ser reconocidos por el lugar en el que vivimos, donde tuvimos el privilegio de nacer o de echar raíces”, expresó, dirigiéndose al público con palabras de profundo arraigo y compromiso con la ciudad.
La portavoz, en nombre de todos los homenajeados de la noche, destacó el honor de compartir el reconocimiento con profesionales y entidades que “nos inspiran y nos enorgullecen”. También recordó con cariño a los dos homenajeados a título póstumo, “compañeros que nos acompañan desde el cielo”.
Su intervención fue también un llamamiento a la ciudadanía a amar y cuidar Las Palmas de Gran Canaria, a fortalecer el vínculo entre ciudad y habitantes, y a no olvidar que “el alma” de cualquier urbe “es su gente”. “¿Qué es una ciudad sino su gente, la que la habita, la que sueña en sus rincones, la que se tiende sobre la arena de sus playas, la que conversa en sus plazoletas, la que la cuenta en su literatura, la representa en su imaginación artística o la alegra con su música?”, preguntó ante un repleto Auditorio Alfredo Kraus.
Llarena destacó que Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad “afortunada” por su clima, sus playas, sus barrios, su historia y su carácter hospitalario. Pero también apeló a la responsabilidad compartida. “No crean que se trata de amor ciego, inconsciente de sus muchas carencias y grandes defectos, que los tiene. Se trata simplemente de amor del bueno, de ese que acepta al otro tal como es, que sabe que nada es perfecto pero que, si ponemos el acento en lo luminoso y nos comprometemos con la ciudad, la haremos brillar aún más para el bien de todos”, recalcó.
Recordó, además, que el cartel de las Fiestas Fundacionales, con la palabra “Amarte”, como lema, invita a “renovar el compromiso con la ciudad que nos acoge”. Desde siempre, manifestó, “escuchamos que el buen amor empieza por uno mismo y me pregunto si estamos dispuestos a asumir ese compromiso afectivo con esta ciudad tan especial. Quizás no sea tan majestuosa como otras, pero esta es la nuestra, el territorio donde transcurre nuestra existencia, la que pisamos desde chiquillos o adonde la fortuna nos condujo”.
Por ello, concluyó, “el amor es una elección, elijamos entonces amarla, cuidar de este bonito rincón atlántico, esta ciudad que, como dicen unos versos”, recitó la poeta, “toca y se saluda, esta ciudad aplatanada que se abre al horizonte con esa extraña calma que solo nos procuran los lugares donde no importa morir”.
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