Una ostomía es una apertura quirúrgica en el abdomen que permite eliminar heces u orina cuando el cuerpo no puede hacerlo de forma natural. Quienes conviven con ella relatan cómo transformaron la dificultad en una nueva manera de vivir.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
El programa DCultura y Salud, dirigido por Juan Carlos Jiménez, dedicó su última edición a un tema poco visible pero profundamente humano: la ostomía, una intervención que cambia la vida de las personas y que todavía se enfrenta a cierto desconocimiento general.
En el estudio participaron la enfermera María del Mar Medina, conocida como Mara, fundadora de la Consulta de Ostomía del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil; su compañera Priscila de León y el doctor Juan Larrubia, cirujano del servicio de Cirugía General y Digestiva. A través de sus voces y de los testimonios de personas ostomizadas que intervinieron en directo, el espacio ofreció una mirada integradora sobre la salud, la dignidad y la fortaleza humana.

De izquierda a derecha, Juan Carlos Jiménez, director del programa DCultura y Salud; Mara Medina, enfermera especializada en ostomías; Juan Larrubia, cirujano general y digestivo; y Priscila de León, enfermera de la consulta de ostomía.
Cuidar para vivir mejor
La consulta de ostomía del CHUIMI nació en 2017, impulsada por la iniciativa de Mara Medina, enfermera especializada desde 2006 en la atención a pacientes ostomizados. Actualmente el equipo está formado por tres enfermeras que acompañan cada año a unas 150 personas que viven con una ostomía, tanto adultas como pediátricas.
Según explicó Mara, el objetivo principal es que cada persona entienda que una ostomía no es el final, sino el principio de otra etapa.
El doctor Juan Larrubia subrayó la relevancia de ese acompañamiento y la colaboración entre disciplinas. A su juicio, las enfermeras son «las manos y la empatía que sostienen el proceso», mientras que la coordinación con el equipo médico permite que los pacientes recuperen su vida cotidiana con normalidad.
El cuidado de la piel periestomal, la educación preoperatoria y el apoyo emocional son pilares básicos de una buena adaptación. La preparación antes de la cirugía ayuda a reducir los miedos y a comprender que, con el acompañamiento adecuado, la ostomía puede integrarse de forma natural en la vida diaria.
El poder del acompañamiento
Las experiencias compartidas por las personas ostomizadas dieron al programa su tono más humano.
Carlos Espino recordó su intervención de urgencia y los primeros días tras la cirugía. Explicó que al principio se sintió incómodo, pero que gracias a la orientación del equipo de enfermería comprendió que la bolsa era solo una parte de su nueva realidad. Hoy asegura que lleva una vida completamente normal.
Por su parte, Idilia Velázquez relató una etapa difícil marcada por la tristeza y la incomprensión. Reconoció que atravesó una depresión profunda hasta que, con el apoyo de su entorno y de las profesionales que la acompañaron, recuperó la confianza. «Ahora digo que la bolsa no es una enfermedad, es mi vida», afirmó con serenidad.
Rafael Aguirre, que convive con una colostomía desde 2010, señaló que aquel cambio le obligó a replantearse todo, pero que con el tiempo entendió que la ostomía es «solo una configuración diferente». Aseguró que nada le impide disfrutar del deporte ni de la vida en plenitud.
Los tres coincidieron en un mismo mensaje: la ostomía no limita la vida, sino que la transforma. El acompañamiento profesional y la comprensión social son, para ellos, las claves de esa transformación.
Una salud que es más que física
Juan Carlos Jiménez, al hilo de cada intervención, recordó que la salud no se reduce a lo físico. «También es emocional, social y espiritual», señaló durante el espacio.
El presentador insistió en la necesidad de destigmatizar esta condición y en la importancia de visibilizar el trabajo conjunto de los profesionales sanitarios.
A lo largo del programa, la conversación avanzó desde la técnica médica hacia una reflexión más amplia sobre la vida y la resiliencia. Jiménez comparó el sistema sanitario con una gran orquesta en la que cada profesional tiene un papel esencial y defendió la idea de una atención centrada en la persona.
Romper el silencio
El espacio concluyó con una invitación a la concienciación. El equipo recordó la celebración del Día Mundial del Paciente Ostomizado, el primer sábado de octubre, como una oportunidad para hablar con naturalidad de la ostomía y agradecer la labor de quienes acompañan a los pacientes en su proceso de adaptación.
Mara Medina cerró la tertulia con una frase que resume el espíritu de la jornada: «Queremos que la sociedad vea que las personas con ostomía son exactamente las mismas que antes, con las mismas capacidades y sueños».
El programa no solo informó sobre una intervención quirúrgica, sino que puso voz a una realidad vital que enseña que convivir con una ostomía también es una forma de reinventarse.
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