"Descendencia", de Joaquín Pastor Genzor, y "Le observateur observé", de Chami An, logran el segundo y el tercer premio de la convocatoria.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha hecho público la tarde de este lunes 16 de junio, en el Museo Castillo de Mata, el fallo del jurado que otorga el 13er Premio Internacional de Fotografía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria al fotógrafo catalán José Reyes Belzunce por su obra «La pátina del tiempo». La fotografía titulada «Descendencia», firmada por el zaragozano Joaquín Pastor Genzor, logró el segundo premio, mientras que la instantánea «Le observateur observé», de la coreana Chami An, se hizo con el tercer premio.
La exposición, que se ha inaugurado en la Fortaleza, incluye las tres fofos premiadas y otras 26 seleccionadas por el jurado de las 163 instantáneas enviadas por 88 participantes. Una muestra representativa de la heterogénea fotografía actual que permanecerá expuesta al público en el Castillo de Mata hasta la última semana de julio y que también incluye «Herbario», fotografía de Pilar García a la que el jurado ha querido hacer una mención especial.
El jurado, integrado por Sonsoles Company, Manuel Pérez, Mariluz Laforet, Sergio Déniz y Gustavo Martín, destaca de la obra ganadora del primer premio “su contundencia simbólica y su capacidad para articular, desde una composición aparentemente simple, un discurso visual cargado de crítica ambiental. La interacción entre el color del terreno y los elementos artificiales no sólo evidencia la huella humana en el paisaje, sino que propone una lectura más amplia sobre la degradación del entorno”. Asimismo, considera que “la imagen logra una tensión visual entre la presencia y la ausencia: una figura humana que, sin estar, deja una impronta inquietante. El vacío, cobra sentido como metáfora de la desaparición o del abandono”.
Además, considera que “el uso limitado pero expresivo de la paleta cromática refuerza un paralelismo poético entre el deterioro de lo construido y la constancia de lo natural. La obra se inscribe en un registro casi pictórico, donde el paso del tiempo se percibe no sólo como erosión física, sino como desplazamiento simbólico”. También, destaca de la «La pátina del tiempo» “el juego de texturas que van desde lo concreto a lo intangible, en una suerte de degradado visual que potencia su dimensión reflexiva”.
Funcionario jubilado del cuerpo de gestión de Correos y Telégrafos, José Reyes Belzunce es Licenciado en Derecho. “Aficionado a la fotografía desde la época analógica”, como él mismo se define, ha recibido diferentes premios en concursos fotográficos nacionales e internacionales.
Mientras que el autor de «Descendencia», Joaquín Pastor Genzor, es un fotógrafo de calle que crea composiciones únicas utilizando a las personas que transitan por las calles y la luz natural. Su estilo se caracteriza por la armonía, la serenidad y la profundidad que sus fotografías evocan en quien las contempla. Siempre utiliza la luz y el contraste para aislar las personas en la escena, trabajando mucho la escena para transmitir la información sin distracciones y así lograr que sus fotografías posean una gran fuerza visual.
Del segundo premio de esta décima tercera edición del certamen, los encargados de fallar el premio resaltan de la instantánea “su precisión formal y su inteligencia visual”. La fotografía, sostienen, “propone una lectura que se construye en el umbral entre la presencia y la sugerencia: es en la “no-imagen”, en lo oculto, donde se revela la verdadera escena”. “El uso del blanco y negro refuerza el carácter intemporal de la toma y permite apreciar la estructura compositiva en toda su sobriedad, haciendo evidente la atención al detalle y el equilibrio interno de los elementos”, argumentan.
“Desde una perspectiva deliberadamente discreta (casi voyeurística)”, observa el jurado, “el autor encuadra tres figuras que parecen ser observadas a través de un visor o mirilla. Esta decisión técnica introduce una distancia que transforma al espectador en testigo silente, abriendo un diálogo intergeneracional implícito entre las siluetas. La fotografía se convierte así en una escena en capas, donde lo visual y lo simbólico se cruzan con sutileza”.
En cuanto a «Le observateur observé», tercer premio y obra de la coreana afincada en Tenerife Chami An, los responsables del fallo premian esta fotografía “por su capacidad para capturar una escena cotidiana que, sin artificio, logra una resonancia emocional profunda. La imagen funciona como documento cultural y como metáfora visual del descubrimiento, revelando un momento de asombro desde la mirada de la infancia”.
“El contraste entre la inocencia de la niña y el contexto festivo, junto con la presencia tranquila del adulto que la acompaña, construyen una narrativa silenciosa pero elocuente”. Del mismo modo que “el encuadre, la gestión de la luz y la calidez del color colaboran en ofrecer una escena viva, sin perder equilibrio ni rigor formal. Esta composición no solo documenta un instante, sino que lo eleva a experiencia compartida, reflejando lo íntimo en lo colectivo. La potencia expresiva del rostro infantil, que interpela directamente al espectador, contrasta con la contemplación serena del adulto, generando una tensión emocional que enriquece la lectura”.
Su autora describe la obra premiada como “una reflexión sobre la relatividad de la experiencia humana y sobre cómo ciertas vidas asumen desde temprano una mirada consciente y frontal, convirtiendo a quien observa en observado”.
Por último, el jurado hizo una mención especial a la fotografía de Pilar García «Herbario» por “su ingeniosa capacidad para trascender la función utilitaria de los objetos cotidianos y transformarlos en símbolos de delicadeza y armonía”.
“La imagen no se limita a representar, sino que propone un juego perceptivo que estimula una lectura poética de lo ordinario. La economía de recursos, junto con una estética minimalista, construyen una pieza visual cargada de sugerencias, que invita a reconsiderar aquello que a menudo pasa desapercibido”, percibe el jurado.
“Esta metáfora visual de la belleza contenida en lo común no solo es un acierto creativo, sino también una llamada sutil a la contemplación y a la sensibilidad. La obra destaca por su sobriedad expresiva y su elegancia conceptual, aportando una voz singular dentro del conjunto de propuestas presentadas”, concluye. Los tres premios de fotografía están dotados para los ganadores con 2.800, 1.200 y 500 euros, respectivamente.
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