• Deportes Ángel López: «Desde que salí de Las Palmas no he hablado con Ramírez, solo lo he saludado por educación»

         

    26/08/2025 | 12:03   |   Redacción 

    Ángel López: «Desde que salí de Las Palmas no he hablado con Ramírez, solo lo he saludado por educación»

    El exjugador amarillo y actual entrenador de la UD Lanzarote habla sin filtros sobre la cantera, la falta de oportunidades para los técnicos canarios y su ilusión en un nuevo proyecto.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    Ángel López no se guarda nada. Su nombre sigue ligado a la UD Las Palmas por una vida entera en el club, desde niño en la cantera hasta jugador del primer equipo y técnico en varias etapas. Hoy dirige al UD Lanzarote en Tercera RFEF, pero mantiene intacto el vínculo sentimental con el club amarillo. En una entrevista concedida al programa deportivo de Radio Las Palmas Zona Deportiva, que dirige y presenta Rafa León, el exlateral analiza la situación de la cantera, reivindica el valor de los entrenadores canarios y deja claro que la sinceridad es su sello, aunque resulte incómoda.

    Cada entrevista es una ventana al deporte canario, con protagonistas que hablan claro y sin filtros. Porque aquí el deporte se vive con pasión y se escucha con verdad.


    Un comienzo inesperado en Lanzarote

    ¿Cómo ha sido tu llegada a la UD Lanzarote?

    Muy buena. Siempre tuve un lazo con esta isla porque aquí tengo familia y solía venir en verano. El Lanzarote era un reto personal que desde fuera miraba con interés. Durante años hubo contactos, pero nunca se cerró nada. Este verano, tras lo del Arucas, todo cambió en cuestión de minutos: a las seis se anuncia mi salida de allí y a las seis y cinco ya tenía la llamada del Lanzarote. Todo fue muy rápido.

    ¿Te dolió que se rompiera el acuerdo con el Arucas?

    Sí, porque ya estaba cerrado, pero lo acepté. Son cosas del fútbol. Lo importante es que se abrió una puerta aún más ilusionante y en un club que confió en mí desde el primer instante.

    Hablar claro tiene un precio

    Tus palabras sobre la UD generaron polémica. ¿Crees que influyeron en aquella situación?

    No puedo asegurarlo. Lo que pasó es que coincidió con un momento delicado, porque el equipo estaba descendiendo y mis declaraciones encendieron más el debate. Pero yo no me arrepiento. Siempre digo las cosas como las pienso y esta vez no fue diferente.

    Algunos te critican por hablar ahora y no cuando estabas dentro del club. ¿Qué les respondes?

    Que no es cierto. La gente puede decir que cuando comía del club no decía nada, pero no es verdad. Yo he vivido la UD desde todos los ángulos: como niño de la cantera durante nueve años, como jugador del primer equipo, como entrenador de base, como segundo técnico en Primera y como padre de un chico en la cantera. No hablo desde el rencor, hablo desde la experiencia. Y sobre todo desde el sentimiento, porque la UD es mi equipo y lo será siempre, esté quien esté en la presidencia.

    La cantera bajo la lupa

    ¿Cuál es el mayor problema que detectas en la cantera amarilla?

    La falta de precisión en la selección de jugadores. No puede ser que cada año se vayan quince y entren veinte nuevos. Eso hace mucho daño a niños que ven cortado su sueño y a familias que lo sufren de cerca. No es lo mismo trabajar cinco o seis años con un chaval, darle continuidad, que traerlo un año y luego descartarlo.

    ¿Hay un exceso de marketing en torno a la cantera?

    Sí. Cada vez que un jugador aparece en el primer equipo se reparten medallas, pero muchas veces son chavales que han llegado en juveniles o que apenas han pasado por los filiales. Se vende muy bien, pero detrás hay poca estabilidad. Además, la UD se queja de que clubes como el Madrid o el Villarreal se llevan a jóvenes talentos, pero ella misma ficha en toda Canarias debilitando a los equipos de base. Eso genera acumulación en algunas posiciones, como la de mediapunta, donde llegan a coincidir siete jugadores. Al final, sin competencia real, los chicos no aprenden a competir de verdad.

    El vínculo con el club

    Después de todo, ¿cómo es hoy tu relación emocional con la UD Las Palmas?

    Sigue intacta. Las veces que salí fue siempre por decisión propia, nunca porque me echaran. Llevo al club dentro desde niño y lo quiero por encima de las personas que lo dirigen. Todos somos futboleros y queremos lo mejor para Las Palmas, aunque a veces duela ver cómo se hacen las cosas.

    Técnicos de fuera, oportunidades de dentro

    Hablaste también de Luis García y de cómo llegó al banquillo amarillo en Segunda sin apenas experiencia en Tercera. ¿Qué opinas?

    Luis tiene talento, nos conocemos bien y le deseo lo mejor porque su éxito será bueno para todos. Ojalá triunfe. Pero es evidente que hay técnicos a los que se les da una oportunidad muy grande sin haber entrenado en categorías menores, mientras que otros que llevan años en Tercera o en filiales siguen esperando.

    ¿Es un problema cultural de Canarias admirar más lo de fuera que lo de casa?

    Sí. Aquí siempre se ha valorado más a lo que viene de fuera, aunque no haya demostrado más que los de aquí. Con los jugadores pasaba lo mismo y con los entrenadores igual. No critico que se traiga a técnicos foráneos, pero lo justo sería dar también oportunidades a entrenadores canarios que están preparados y con ganas. Aquí hay gente capacitada para entrenar, solo hace falta confiar en ellos.

    La relación con Ramírez

    ¿Cómo es tu trato con Miguel Ángel Ramírez desde tu salida?

    Desde que salí de Las Palmas no he hablado con Ramírez. Lo he visto dos veces y lo he saludado por educación, nada más. Nunca dependí de la UD ni cuando volví como jugador ni como entrenador. Y eso me permite decir las cosas como son. Entiendo que a veces duelen, que son incómodas, pero prefiero ser sincero.

    ¿Ese mismo estilo lo aplicas con tus futbolistas?

    Claro. Soy igual con ellos que conmigo mismo. Les digo lo que hacen mal, lo que les puede pasar si no corrigen y qué consecuencias pueden tener. Prefiero ir de frente y no perder el tiempo con hipocresías. Así es como me gustaría que me trataran a mí.

    Lanzarote como laboratorio de crecimiento

    ¿Qué equipo te has encontrado en Lanzarote?

    Me he encontrado un grupo comprometido, con ilusión y ganas de aprender. Algunos jugadores, aunque tienen experiencia, nunca habían trabajado ciertos conceptos defensivos básicos y ahora los están asimilando. Yo no quiero solo ganar partidos, quiero que cada jugador salga mejor futbolista de lo que era cuando llegó.

    ¿Cómo ves la competición este año?

    Muy exigente. La Tercera RFEF sube de nivel cada temporada. Con descensos como el del Yaiza y equipos que invierten fuerte para ascender, la liga será muy igualada. Habrá campos en los que se pierdan muchos puntos y eso obligará a todos a trabajar más. Nosotros queremos estar en esa pelea.

    La afición amarilla mantiene intacta su pasión incluso en los momentos más difíciles, un apoyo que Ángel López considera el mayor patrimonio de la UD Las Palmas.


    La pasión de la afición amarilla

    Después de un descenso, lo normal sería ver menos abonados, pero ocurrió lo contrario. ¿Cómo lo entiendes?

    Eso demuestra la pasión por la UD. El cariño del aficionado está por encima de todo, incluso de los malos momentos. También es cierto que el marketing influye: se transmiten cifras altas de renovaciones y el hincha, por miedo a quedarse fuera, termina renovando. Los canarios somos así, nos dejamos llevar por la emoción colectiva.

    Sinceridad como filosofía de vida

    Ángel López vive con la naturalidad de quien no se esconde. Su carrera como jugador y como técnico está marcada por la franqueza, una virtud que le ha abierto tantas puertas como las que le ha cerrado. Hoy se siente ilusionado con el proyecto en Lanzarote y con la posibilidad de crecer como entrenador fuera de su isla natal.

    El futuro dirá si regresa a la UD Las Palmas o si su camino se prolonga lejos, pero hay algo que no cambia: la convicción de que hablar claro siempre merece la pena, aunque incomode. Y en un fútbol lleno de discursos calculados, López se aferra a la autenticidad como su mayor victoria personal.

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