Artículo de opinión de Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria.
El Cabildo de Gran Canaria está llevando a cabo una reordenación del recinto ferial de Las Palmas de Gran Canaria que incluye la construcción de nuevos edificios emblemáticos y la puesta en servicio de espacios verdes e instalaciones deportivas para el uso abierto a todo el barrio de la Feria que llevaba reclamando la vecindad casi desde su creación. Esta actuación da respuesta a una demanda histórica de los vecinos y vecinas de este barrio y, después de pasar un exitoso proceso participativo, se ha generado un importante consenso que mejora sensiblemente la calidad de vida del barrio y las posibilidades feriales, comerciales y de ocio de un espacio de referencia para la isla.
¿De qué está hecho un edificio, una ciudad o una isla? Ante todo, de ideas. Y de intenciones. Del mismo modo, las líneas trazadas sobre el papel de los planes urbanos persiguen determinar el punto de encuentro entre el territorio y las aspiraciones de la sociedad. Así es al menos en el caso del urbanismo transformador en positivo, integrador, sostenible y enfocado a la cohesión social que defendemos desde el Cabildo de Gran Canaria.
Uno de los grandes arquitectos del siglo XX, el alemán Van der Rohe, afirmó que la arquitectura es la voluntad de una época traducida en espacios. Creo que los sueños y expectativas de progreso de la sociedad necesitan cristalizar en espacios donde esos anhelos se acomoden, expandan y propicien realidades tangibles.
Siguiendo este hilo conductor, el Cabildo ha asumido que arquitectura y urbanismo son herramientas indispensables para la mejora integral de Gran Canaria y la consecución de los objetivos de nuestro proyecto de ecoísla. Para eso, nos apoyamos en iniciativas que reinterpretan las relaciones entre las personas y el entorno, además de mediar entre la memoria colectiva y las demandas contemporáneas. Porque los grandes equipamientos son bisagras en el tiempo capaces de reconfigurar la manera en la que una ciudad, una isla, se relaciona con el mundo y consigo misma.
Hoy, por fortuna, el Cabildo es la voz de una isla que apuesta por la sostenibilidad y los avances sociales y económicos. Los proyectos estratégicos insulares sustentados en la arquitectura, la ingeniería y el urbanismo de la última década vinculados al deporte, la cultura, las políticas sociales, el desarrollo comercial e industrial, el agua, la energía y la movilidad han verbalizado y dado cuerpo a esta onda de progreso que recorre Gran Canaria. Son las palabras, y sobre todo los hechos y las razones, con las que impulsamos en estos momentos grandes infraestructuras y equipamientos en Gran Canaria.
Y ahora, este porvenir que edificamos entre todos y todas posee también la silueta del icónico nuevo Pabellón de Infecar, diseñado por Icon-On. Licitado por 52 millones de euros, a los que se suman otros 21 millones para la primera fase del proyecto de urbanización que hará posible que el recinto ferial deje de ser un búnker aislado para integrarse de forma armoniosa en la ciudad. Esto aporta una revalorización urbana, comercial y social en la Ciudad Alta mientras se consolida como una gran referencia internacional para la celebración de grandes eventos, aspirando además a la máxima certificación internacional en sostenibilidad y descarbonización. Es un emblema y un paso decisivo en el camino que estamos recorriendo.
El proyecto se comunica en un lenguaje que entendemos y según el cual los edificios y entornos urbanos que creamos hablan de lo que somos. Y también de lo que aspiramos a ser. En este caso, el hito arquitectónico reafirma nuestra condición histórica de puente entre culturas y continentes, así como de isla comprometida con la innovación. El espíritu inicial de Infecar permanece. No obstante, los retos y las oportunidades poseen ahora mayor envergadura. Y si nuestros anhelos son mayores, también deben serlo nuestras acciones. Esta ambición está incrustada en los cimientos del edificio y de un plan urbanizador diseñado para mejorar la vida de las personas.
El pabellón es el estandarte, el gran buque. El plan urbanizador es el nuevo océano social por el que navega. Y este cambio de paradigma, que implica el establecimiento de un nuevo diálogo entre Infecar y su perímetro y el conjunto de la capital, es el reflejo del proceso participativo que ha enriquecido de forma sobresaliente la iniciativa.
El Plan Maestro -previo a la aprobación del Plan Especial, y fruto de tres años y medio de trabajo- de la mano de LPA Studio, fue reconocido como Proyecto Urbano del Año 2024 en los prestigiosos Premios BREEAM a la construcción sostenible. En su definición se mantuvieron reuniones de trabajo con representantes del amplio ecosistema social de Infecar: asociaciones vecinales, comunidad educativa, proveedores y usuarios del recinto; profesionales de ferias y eventos y administraciones públicas, tanto a nivel municipal como insular, y del grupo de gobierno y de la oposición. Igualmente, se realizaron visitas técnicas a otros espacios feriales hasta consumar un Plan Maestro con las directrices funcionales, espaciales y paisajísticas que incluyó una estrategia de sostenibilidad. Este proceso continuará abierto en las futuras fases. Transparencia y transversalidad se fusionan por tanto en la aleación que recubre la estructura del proyecto.
Sobre el terreno, el Plan Especial aprovecha el desnivel natural para organizar los distintos bloques funcionales en cuatro plataformas. En la parte superior se ubicará una gran plaza ajardinada que conectará de forma accesible los pabellones y edificaciones. La estrategia paisajística busca generar una identidad naturalizada, evitando el predominio del hormigón y utilizando materiales y colores más integrados con el entorno, creando la sensación de un “parque subtropical con pabellones”. En el nivel inferior se situarán el área logística, viales, almacenes, instalaciones y el nuevo Punto Limpio. Este rediseño es esencial para garantizar la funcionalidad del futuro Pabellón 7 y la posible ampliación del Pabellón 6.
El Plan Especial prevé trasladar los aparcamientos hacia la zona naciente y crear un área para personal en poniente, reduciendo el tráfico en los barrios próximos. También contempla una parada intermodal de transporte público junto a la rotonda de La Ballena. Son dos ejemplos más de vertebración entre Infecar y su hábitat en Las Palmas de Gran Canaria. Se recuperará el anillo verde del proyecto original, con 20.000 metros cuadrados de zonas verdes que amortiguarán el ruido y mejorarán la relación con el vecindario mediante aceras ampliadas, nuevas zonas de sombra y mejores paradas de guaguas. Además, una senda pública conectará los barrios de La Feria y La Paterna, facilitando el uso ciudadano del espacio en días sin actividad ferial. La estrategia ambiental incluye la gestión circular del agua, energías renovables y soluciones bioclimáticas que harán del recinto un desarrollo urbano neutro en carbono. Así, está previsto que en 2050 Infecar haya compensado sus emisiones y funcione emitiendo de forma neta oxígeno a la atmosfera.
En aproximadamente dos años, el Pabellón de Infecar se incorporará plenamente al horizonte de la ciudad y, al mismo tiempo, se dejará abrazar por la ciudad y la isla. Será una pieza urbanística útil, cargada de motivos, revolucionaria e inspiradora. Antes de que nos demos cuenta, dejaremos atrás la antesala del futuro y nos adentraremos de lleno en sus plazas y auditorios. Hoy, la defensa de los principios democráticos y de la convivencia también reside en la arquitectura y el urbanismo.
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