• Sociedad 2021, el año del Volcán

    28/12/2021 | 08:19   |   Redacción 

    2021, el año del Volcán


    Si 2020 fue el año de la pandemia, 2021 será recordado por la erupción volcánica en Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, que el pasado sábado 25 de diciembre se dio oficialmente por concluida.

    Un fenómeno natural poderosamente atractivo y destructivo que durante casi tres meses tuvo en vilo a los palmeros, que, una vez finalizada la emergencia, esperan la llegada de todas las ayudas comprometidas para poder rehacer sus vidas.

    Un acontecimiento que ha captado la atención internacional, que ha puesto de relieve la importancia de la ciencia y de la utilidad de las nuevas tecnologías, y que ha familiarizado al gran público con una terminología raramente empleada salvo por una minoría: colada, piroclastos, estromboliano, fisural, fajana...

    Desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre en la zona de Cabeza de Vaca, en El Paso, se han entremezclado dos sentimientos opuestos: por un lado, la fascinación por el espectáculo de luz, sonido y fuego, y la certeza de estar asistiendo a un hecho histórico; y, por otro lado, el temor a sus devastadores efectos.

    Las últimas mediciones indican que el cono volcánico, que tiene seis cráteres, está a 1.121 metros por encima del nivel del mar y se eleva casi 200 metros por encima de la altura anterior del terreno sobre el que se asienta.

    El cráter mayor tiene 172 metros de diámetro y el más pequeño 106 metros, y se calcula que el volumen del edificio volcánico es de 34 millones de metros cúbicos. Doscientos millones de metros cúbicos alcanza el material que ha expulsado el volcán, el más largo y destructivo en La Palma en su periodo histórico.

    Barrios enteros como Todoque o El Paraíso desaparecieron bajo la lava y otros como La Laguna fueron parcialmente atravesador por lenguas basálticas a más de 1.000 grados y de hasta 10 metros de altura, si no más. Varias coladas de lava acabaron llegando al mar y formaron fajanas o deltas lávicos con los que La Palma ganó casi 50 hectáreas de terreno al mar.
     

    RECUENTO DE DAÑOS

    Las cifras son abrumadoras: más de 1.300 viviendas han sido sepultadas por la lava, además de edificaciones agrícolas, de ocio y hostelería, colegios, parte de un cementerio, un polígono industrial, un punto limpio, más de 73 kilómetros de carreteras y casi 370 hectáreas de cultivos, además de conducciones de agua, luz y telefonía.

    Según una estimación de daños efectuada en noviembre por las administraciones locales, se superaban los 900 millones de euros. Por poner en perspectiva esta cifra, el PIB de La Palma en 2018 fue de 1.580 millones.

    LA HUELLA EMOCIONAL

    El recuento final de daños materiales se antoja complicado y aún llevará tiempo, pero las secuelas emocionales son incalculables.

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