| ► | Los trabajos en la ermita del complejo arquitectónico del Pueblo Canario han contado con una inversión de 437.950 euros, que ha incluido mejoras de accesibilidad, renovación de las instalaciones y la restauración de la madera.
La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, ha visitado la finalización de las obras de rehabilitación de la ermita de Santa Catalina, en el complejo arquitectónico del Pueblo Canario declarado Bien de Interés Cultural (BIC). La actuación ha permitido mejorar la accesibilidad, restaurar la madera dañada, renovar las instalaciones y recuperar el pavimento de finales del siglo XIX o principios del XX, que fue descubierto durante los trabajos.
Darias ha señalado que “ha sido un proceso largo, un proceso minucioso, un proceso en el que el Ayuntamiento de Las Palmas de Canarias ha aplicado mucho mimo, que es lo que requería la intervención en este espacio”. “Estamos hablando”, ha continuado, “de un espacio con una altísima protección, en el que las vicisitudes de las dinámicas de la obra han hecho que hayan ido apareciendo elementos novedosos, como es este pavimento, que data de finales del siglo XIX y principios del XX, que ha sido integrado en la recuperación del edificio”.
La alcaldesa ha destacado los procesos para restaurar la madera, “una labor artesanal muy minuciosa”, así como los trabajos para mejorar la accesibilidad con la creación de la rampa en el acceso principal y establecer todo el suelo a la misma altura para mejorar el tránsito de las personas.
Darias también ha hecho referencia a los próximos pasos a seguir para que el templo vuelva a acoger bodas civiles. En este sentido, ha explicado que se tendrán que destapar los murales para comprobar su estado y decidir si se realiza algún trabajo de restauración de los mismos.
Exhumados pavimentos muy antiguos
Gracias a esta actuación, que ha contado con una inversión de 437.950 euros, el Ayuntamiento ha recuperado el pavimento que había sido instalado en las naves central y norte hace más de un siglo. Los trabajos para reducir la altura del pavimento, con el objetivo inicial de impermeabilizar, canalizar las instalaciones y crear una cota a la misma altura para así facilitar el tránsito de las personas con movilidad reducida, permitieron localizar el suelo que estaba sepultado a 30 centímetros de profundidad.
El piso exhumado en la nave central, prefabricado de hormigón con polvillo de cantería (aparentemente de piedra) de formato 50x25x15 centímetros, data de finales del siglo XIX o principios del XX. Ocupa una superficie de 36 metros cuadrados de un total de 68 de superficie que tiene esta nave. Por su valor patrimonial, los técnicos municipales procedieron a su recuperación.
La intervención prosiguió en la nave norte donde, durante otra excavación, se localizó un nuevo pavimento preexistente prefabricado de hormigón a unos 49 centímetros del nivel existente y con un formato de 42,5x42,5x3 centímetros. Este piso también ha sido recuperado y algunas piezas que tuvieron que ser retiradas fueron reutilizadas en la nave sur.
Ambos pavimentos antiguos se encontraban al mismo nivel, por lo que se estima que fueron instalados en el mismo momento histórico. La exhumación de los suelos obligó a reubicar la climatización de la ermita, que en un principio iba a ir enterrada. Con el modificado del proyecto se incluyó un nuevo trazado por los dos zócalos situados a ambos laterales de la nave central.
Otra de las intervenciones desarrolladas en el templo fue la reconstrucción de la madera de la cubierta, puertas y ventanas. Esta actuación ha requerido del trabajo de un ebanista especializado en el tratamiento de la madera de tea debido al deterioro que presentaban algunas de las piezas por el paso del tiempo.
Esta restauración ha permitido recuperar la gran mayoría de las vigas del tejado, las ventanas, los marcos y las puertas, que tuvieron que ser ampliadas de tamaño en unos 30 centímetros para así adaptarlas a los antiguos pisos localizados durante las excavaciones.
Mejoras de accesibilidad
El proyecto de la ermita de Santa Catalina ha incluido mejoras en la accesibilidad para personas con movilidad reducida con la creación de una rampa de acceso en la entrada principal, así como la citada recuperación del pavimento con la que se ha conseguido que todo el suelo esté a la misma cota.
Las obras de restauración del edificio han permitido, asimismo, renovar la cubierta, muros, carpinterías, pavimentos y revestimientos, así como la sustitución de las instalaciones de saneamiento, electricidad y telecomunicaciones.
Otra de las intervenciones ha sido la pintura exterior del edificio, que recupera el blanco original del Pueblo Canario, diseñado por el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre y construido durante las décadas 40 y 50 del siglo pasado por su hermano, el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre. Este regreso al color primigenio también se trasladará al Museo Néstor.
Destape de los murales de Jesús Arencibia
La actuación desarrollada en la ermita de Santa Catalina continuará próximamente con la retirada de la estructura que protege los murales expresionistas del artista nacido en Tamaraceite Jesús Arencibia. Estas obras, que cubren las paredes de la nave principal y están inspirados en la iconografía de Santa Catalina de Alejandría, fueron realizadas entre 1957 y 1958, y han estado protegidas durante las obras por paneles de madera ignífuga e hidrófuga y sellamiento de juntas y posibles entradas de aire o polvo, según las directrices de la restauradora Amparo Caballero.
Esta operación, que estará coordinada entre el Ayuntamiento y el Cabildo, será desarrollada por personas expertas en la materia para proteger las imágenes y verificar si se ha producido algún daño para proceder a su restauración.
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