En La ventana indiscreta, recogimos en las ondas la carta a los Magos de Oriente, Carlos Soler Liceras, Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la especialidad Hidráulica y Energética
María Montero ...
Antes de ponerme a pedir a los Reyes, yo, a modo de justificación, iniciaría la carta con un prólogo
que dijera algo así:
Las leyes que explican el comportamiento del agua en la naturaleza nacieron gracias a que el hombre
quiso contestar a tres grandes preguntas que se había hecho a sí mismo (en ocasiones es más
importante una buena pregunta que una genial respuesta), estas tres preguntas fueron:
- PRIMERA: ¿De dónde sale el agua que mana en una fuente?
- SEGUNDA: ¿Si todos los ríos vierten sus aguas en el mar, como es que este no sube de nivel?
- Y LA TERCERA Y ÚLTIMA PREGUNTA: ¿Por qué el agua de mar es salada?
Para responder a estas tres preguntas la Humanidad empleó a muchos de los grandes genios que ha
tenido. Desde Salomón que fue el primero que dejó una de las tres preguntas escrita en la Biblia,
pasando por los filósofos griegos, por los ingenieros romanos, científicos árabes, genios del
Renacimiento, ilustrados del siglo XVII y XVIII, expertos del siglo XIX, hasta los grandes sabios del
siglo XX. Todos pensaron y todos contribuyeron a que Henry Mariotte contestara a la primera
pregunta, la del origen de las fuentes, y Edmund Halley respondiera a la segunda, la de los ríos y el
mar.
La Humanidad empleó 2.500 años en contestar las dos primeras preguntas. Por el camino, buscando
las respuestas, se descubrió la Hidráulica, la Hidrogeología, la Hidrología y se definió al fin el
CICLO HIDROLÓGICO. Ese mismo ciclo que todos nuestros hijos tienen hoy día tan claro, pero
que se nos ha olvidado que tardamos dos milenios y medio en averiguarlo.
La tercera pregunta sigue sin tener una respuesta adecuada, porque los culpables de que el agua del
mar sea salada no la tienen los ríos como dicen algunos. No, los ríos son inocentes, en todo caso solo
son culpables de mostrarnos la respuesta y de no habernos enseñado la forma de averiguarla. Es el
hombre el que tiene que mirar a los ríos y barrancos para averiguar por qué el agua de mar es salada.
La clave está en algo que es tan grande que apenas nos fijamos; la erosión fluvial.
Gracias a buscar la respuesta a la pregunta del origen de las fuentes, los romanos nos legaron los
abastecimientos de agua, clave en el desarrollo urbano de la civilización.
Gracias a la pregunta de los ríos y el mar, el hombre ha conocido que el agua es una y finita en este
planeta, que su cuenca es la Tierra y no las regiones, países o continentes por los que circula.
El día que la Humanidad sepa por qué el agua del mar es salada, ese día, comprenderá la dinámica de
este y de los demás planetas y satélites que nos acompañan en el Universo. Sabrá por qué la Tierra es
un vergel y en cambio Venus está muerto, O porqué albergamos esperanza de encontrar vida en
algunos de los satélites de Júpiter o de Saturno y sin embargo la hemos perdido en nuestra Luna.
Y una vez acabado el prólogo, ahora sí pasaría a las postulaciones. Esta sería entonces mi primera
petición a Los Reyes Magos: Que nos den la sabiduría y la modestia suficiente para responder a la
última de las tres preguntas ancestrales.
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Mientras tanto y por aquello que se dice de que por pedir que no quede, me gustaría que los Reyes
Magos nos trajeran mayor sensatez y comedimiento en el uso del agua. El agua nos dio la vida,
nosotros no podemos pagárselo abusando de ella, ensuciándola y menos aun especulando.
Esto último no lo digo en balde, en mis cuarenta años de profesión en Canarias he asistido a un
cambio enorme en la búsqueda y gestión del agua. He visto desaparecer el mercado insular de aguas
de casi todas las islas, prácticamente solo queda en La Palma. Asombrado he contemplado la
aparición de empresas a las que se les concede la gestión del agua por municipios o por zonas y el
resultado no ha sido bueno, al menos para nosotros los usuarios, el agua empeora y los precios suben.
El poder que antiguamente acaparaban unos pocos, los aguatenientes, ha pasado a empresas, muchas
de ellas satélites de multinacionales y amparadas en poderes públicos. Al final en Canarias hemos
pasado de aguatenientes privados a aguamangantes públicos, pero no somos únicos, por desgracia
este es un mal que se extiende también en los continentes.
También me atrevería a pedir a los Reyes Magos que iluminaran a nuestros políticos y que les
enseñaran, con el conocimiento que les otorga haber presenciado como el hombre buscaba la
respuesta a las tres preguntas ancestrales, que ya que todos ellos dicen querer para sus islas un
desarrollo sostenible, que antes de desalar hay que agotar los recursos. Que la desalación es una
solución cuando no hay otra, pero que nunca puede sustituir a sacar agua subterránea. Antes una
buena galería o un buen pozo que cualquier desaladora excepcional. Los primeros extraen recursos,
los segundos queman reservas y contaminan el litoral.
A los Reyes les pido entonces que repartan iluminación y conocimientos a nuestros políticos y así
que antes de seguir poniendo desaladoras en islas como El Hierro, que la extraigan del subsuelo y de
esta forma podrían tener toda el agua de excelente calidad, más que suficiente para todas sus
necesidades y a unos precios muy bajos, en vez de consumir petróleo y contaminar la atmósfera y el
acuífero. Incluso en Lanzarote, isla donde hay el mayor número de desaladoras instaladas, seguir
investigando, no ceder en la búsqueda de cuál es la cantidad y la calidad del agua que yace bajo los
malpaíses de Timanfaya y La Corona.
Sé que es necesario que los Reyes repartan mucha iluminación y sensatez, soy consciente de que pido
demasiado, pero es que ahora mismo solo dos islas, La Palma y La Gomera, resisten estoicamente sin
tener desaladoras. Pero puede que por poco tiempo, en la primera ya hay políticos que las piden y en
la segunda las reclama el último plan hidrológico, mientras tanto esos mismos planes nos dicen que
hay cuatro veces más agua de excelente calidad bajo tierra de la que necesitan las dos islas.
¿Si hay recursos porqué quemamos reservas?
También pediría a los Reyes Magos que a los ingenieros les concedieran el ingenio para que busquen
agua bajo tierra. Sí, sé que es más fácil poner una desaladora aunque sea más cara, que gaste
electricidad y que contamine, eso es lo fácil, antes que arriesgarse a equivocarse y no encontrar el
agua bajo la tierra. Y algunos de ellos creen no tener la culpa porque nadie se lo ha enseñado. No les
falta razón, en las dos universidades canarias no hay una asignatura de obras hidráulicas subterráneas,
incluso aún más, no creo que nadie actualmente enseñe como se perfora una galería o un pozo
aunque sea dentro de otras asignaturas.
Y todo esto sucede en un archipiélago que se caracteriza por ser el lugar del mundo donde más se ha
perforado para arrancarle el agua a los acuíferos, nadie como el canario ha buscado agua con mayor
afán y con más éxito. Las mil galerías de Tenerife, los cuatro mil pozos de Fuerteventura, los seis
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kilómetros alcanzados en galerías de La Palma y los seiscientos metros perforados en pozos de Gran
Canaria, convierten a este archipiélago en una Universidad de Hidrogeología, donde la enseñanza que
se obtiene, va más allá de encontrar agua en lugares donde llueve poco, es ver y conocer la evolución
del hombre ante la necesidad hídrica. Desde los guácimos herreños y los almogarenes de Lanzarote,
hasta las presas de Gran Canaria y La Gomera, todo nos muestra que el ingenio se desata ante la
escasez. Por eso pido a los Reyes que otorguen el ingenio, es lo que necesita el ingeniero que busque
agua y que sea consciente de que su solución debe ser realmente sostenible, en toda la acepción de
esta última palabra y no una etiqueta con la que llenarse la boca ante los posibles votantes.
En definitiva solo les pido a los Reyes Magos que en lo concerniente al agua, repartan lo que
deberían tener y no tienen, a saber: el ingenio para los ingenieros, la enseñanza de lo canario a las dos
universidades, iluminación y conocimientos a los políticos y sensatez y comedimiento a todos
nosotros.
Si los Reyes Magos me concedieran estos regalos que pido, el agua sería mucho más barata y de
mejor calidad, a la vez que se honraría a todos aquellos canarios que durante 150 años, nada menos
que seis generaciones, han perforado la tierra buscando el agua con que saciar su sed o con la que
regar sus huertas, dejando tras de sí una estela de almogarenes, eres, guácimos, maretas, gavias,
aljibes, presas, depósitos, balsas, galerías y pozos de los que deberíamos estar orgullosos por lo que
consiguieron y aún más por lo que nos enseñan, en vez de condenarlos al olvido al sustituirlos por
tecnologías extranjeras que generan una dependencia y un mayor consumo energético que por
desgracia, hoy por hoy y por muchos años, nos crea una perniciosa subordinación entre el agua y el
petróleo. Una peligrosa dependencia entre una cosa que nos hace mucha falta y otra que no tenemos.
En Fuencaliente de La Palma, 4 de enero de 2020.
Carlos Soler Liceras
Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos: especialidad Hidráulica y Energética
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