El polvo de esa calima provenía de cuatro principales "fuentes": la depresión de Bodelé, en el Chad; la franja del Sahel, Mauritania y el Sahara Occidental.
El periodo de calima vivido en Canarias los días 22 y 23 de febrero, que obligó a suspender el tráfico aéreo en las islas por falta de visibilidad, es considerada ‘La peor calima que ha vivido Canarias en las últimas cuatro décadas’ en un artículo de la investigadora de la Universidad de LPGC Inmaculada Menéndez.
El artículo publicado en la plataforma The Conversation informa sobre cómo se formó esa calima y el alcance que tuvo ese fenómeno.
El polvo de esa calima provenía de cuatro principales "fuentes": la depresión de Bodelé, en el Chad; la franja del Sahel, Mauritania y el Sahara Occidental.
La concentración de polvo llegó en los momentos más álgidos a 5.080 microgramos por metro cúbico de aire en Gran Canaria cuando más de 80 supone un problema serio para la calidad del aire, y además, la Organización Mundial de la Salud recomienda no exponerse a más 50 microgramos por metro cúbico de aire de media durante 24 horas.
La tormenta de arena depositó 61.000 toneladas de polvo del Sahara sólo sobre la isla de Gran Canaria.
En cuanto a la composición del polvo se detalla que en su mayoría son partículas de minerales como cuarzo, carbonatos, feldespatos, arcillas y óxidos de hierro, la que pueden sumarse contaminantes de origen urbano o industrial de las zonas que atraviesan.
La carga mineral de la calimas, añade, resulta además muy importante para la vida en los océanos, porque aporta nutrientes como el hierro a aguas que suelen ser pobres en ellas.
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