Tras dar la medianoche, el pueblo volvió a quedarse a oscuras para que aparecieran en escena la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y soberbia, repartidas a lo largo de cinco escenarios.
Y Valsequillo volvió, como cada 28 de septiembre, a quedar sometido bajo el mal. Poco antes de las doce de la noche, unas parturientas aparecieron en el escenario para traer a este mundo a los siete pecados capitales. Un guiño a la leyenda que cuenta que en la noche de San Miguel ni las mujeres ni los niños podían salir a la calle porque andaba suelto el perro de San Miguel.
Tras dar la medianoche, el pueblo volvió a quedarse a oscuras para que aparecieran en escena la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y soberbia, repartidas a lo largo de cinco escenarios, los pecados capitales, fueron el hilo conductor de este espectáculo cargado de crítica social. Finalmente, la llegada del perro junto a un gran séquito capitaneado por zancudos sembró el terror a las puertas de la iglesia. Y es que el perro maldito volvió a soltarse de sus cadenas para dejar al municipio sumido en las tinieblas del mal durante algo más de los cuarenta y cinco minutos que duró la puesta en escena.
"No son capaces de asimilar sus propios errores. A ustedes les perseguirán por siempre, la avaricia, la soberbia, la lujuria, la gula, la pereza, la envidia y la ira. Que paradójico, ¿no? Al final miren, el único que pude salir del infierno soy yo. Ustedes quedarán ahí atrapados para siempre, para siempre, para siempre", con estas palabras y sobrevolando las cabezas de las miles de personas que se acercaron hasta Valsequillo, el perro dejó a los presentes en las profundidades del infierno.
Pedro Alberto Bethencourt, más conocido como Drag Chuchi, ha sido el encargado este año de dar vida al Perro Maldito. Una edición en la que han participado más de un centenar de vecinos y vecinas que desde principios de verano se han estado reuniendo para elaborar diversos talleres como el de maquillaje, vestuario, zancos... Una trigésima octava edición que ha podido seguirse a través de una pantalla gigante situada en el pueblo para que todos pudiesen ver de cerca el espectáculo. Una escenificación que también se ha retransmitido en directo a través del canal de Youtube del Ayuntamiento.
Una noche que continuó con grandes fuegos artificiales y con una verbena a cargo de Armonía Show y los Aseres.
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