El acceso a un hogar se consolida como la principal preocupación ciudadana ante precios disparados y falta de oferta residencial.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
La preocupación por la vivienda vuelve a situarse en el centro del debate social en Canarias. Así lo manifestó David Comas, secretario de Comunicación de Sumar, durante su intervención en el programa Buenos Días a las 8 de Radio Las Palmas, donde señaló que el problema ha alcanzado una dimensión crítica para miles de personas en las islas.
Presión creciente
El encarecimiento de los alquileres, la expansión del alquiler vacacional y la escasez de vivienda accesible para residentes están configurando un escenario que, según Comas, exige un cambio profundo en las políticas públicas. El dirigente defendió un principio que considera irrenunciable en la agenda social del Archipiélago.
«Un canario, una casa. No puede ser que haya canarias y canarios que no se puedan pagar el alquiler».
Esta idea, que ha comenzado a resonar en distintos colectivos sociales, sitúa la vivienda como un derecho básico y no como un bien sometido a la especulación. Entre las medidas mencionadas figuran la congelación del precio de los alquileres y el fin del uso turístico de viviendas completas, propuestas que buscan frenar dinámicas que han expulsado a jóvenes, familias y trabajadores de barrios enteros.
Nuevas propuestas
Junto a la vivienda, Comas destacó otros factores que alimentan el malestar social, como el aumento del coste de la cesta de la compra y la preocupación por el deterioro del territorio. Sumar plantea la creación de supermercados públicos conectados con la producción local para garantizar precios justos y evitar la especulación que, según dijo, ya ha afectado a productos básicos de la despensa canaria.
«Un aguacate o nuestras papas no pueden convertirse en productos de especulación».
El portavoz defendió que estas iniciativas forman parte de un proyecto más amplio orientado a «refundar el Estado del Bienestar» en clave canaria, con medidas que protejan a las familias y refuercen la cohesión social. Entre ellas también se incluye la aplicación de una moratoria turística y una tasa destinada a reparar daños ambientales y sociales asociados al actual modelo económico.
Las palabras de Comas abren un nuevo capítulo en un debate que afecta de forma transversal a la ciudadanía canaria. La vivienda, convertida en símbolo de un malestar acumulado durante años, vuelve a ocupar un lugar central en la conversación pública y marca el rumbo de las demandas sociales del Archipiélago.
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