Se debe actuar con rapidez y determinación para lograr expulsar el objeto que obstruye la vía aérea antes de que la situación empeore.
Las celebraciones navideñas aumentan la incidencia de atragantamientos, uno de los accidentes más frecuentes -tanto en adultos como en niños- y si no se actúa con rapidez puede generar complicaciones. Por ello, el Servicio de Urgencias Canario (SUC), adscrito a la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad en Canarias y dependiente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, aprovecha estas fiestas para recordar a la población cómo se debe actuar para evitar que un episodio de este tipo se convierta en una emergencia vital.
Cuando alguien se atraganta, normalmente presenta dificultad para respirar, incapacidad para hablar y la necesidad de comunicarse mediante gestos por lo que tenemos que actuar rápidamente, para evitar que la situación se agrave.
Los médicos y enfermeros del SUC insisten en la necesidad de mantener la calma y animar a la persona afectada a toser con fuerza para intentar expulsar el trozo de alimento u objeto extraño que está obstruyendo la vía aérea. Además, recuerdan que no se debe ofrecer agua ni comida, ya que ambas acciones pueden empeorar la situación.
Si tras varios intentos de tos, el afectado no logra recuperar el aliento, la persona que se encuentra a su lado deberá llamar al servicio de emergencias, a través del teléfono 112, donde un coordinador sanitario del SUC le indicará cómo actuar mientras la ambulancia se desplaza al lugar de la emergencia.
En caso de que el atragantamiento persista, el segundo paso consistirá en dar unas palmadas en la espalda. La persona que vaya a realizar los primeros auxilios deberá situarse a un lado y ligeramente por detrás del afectado, sostener su tórax con una mano e inclinarlo hacia delante. A continuación, deberá darle cinco golpes en la espalda, entre los omoplatos y con el talón de la mano, comprobando después de cada golpe si el cuerpo extraño ha sido expulsado para no continuar realizando esta maniobra innecesariamente.
Si los golpes no son efectivos y la situación sigue sin resolverse, se pondrá en práctica la maniobra de Heimlich. Para realizarla, la persona que presta ayuda debe situarse detrás del afectado y abrazarlo colocando el puño de una mano con el pulgar hacia fuera en el punto medio entre el ombligo y la boca del estómago, poniendo encima la otra mano. Deberá entonces inclinar al afectado hacia delante y realizar cinco compresiones hacia dentro y hacia arriba, con la fuerza suficiente para levantarlo del suelo -salvo que se trate de un niño, que no se deben levantar-, hasta conseguir la desobstrucción.
Esta maniobra permite levantar el diafragma y obliga al aire de los pulmones a salir creándose una tos artificial que desplazará el aire a través de la tráquea y empujará el objeto o alimento que haya producido la obstrucción.
Si tras practicar estas dos maniobras, golpes en la espalda y maniobra de Heimlich, no se consigue la desobstrucción, se deben alternar cinco golpes en la espalda y cinco compresiones abdominales hasta liberar la vía aérea o hasta que llegue la ayuda profesional.
El SUC subraya que una intervención rápida y determinante es fundamental para evitar complicaciones en el estado del afectado, que puedan comprometer su vida como una parada cardiorrespiratoria.
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